Las estructuras obsesivas incluyen gradaciones en la patología: neurosis y psicosis como estructuras más rígidas y complejas. Esta gradación queda delimitada por la menor o mayor dificultad para resolver el conflicto de ambivalencia, y la menor o mayor intensidad del control, utilizado como mecanismo de defensa, sobre situaciones y vínculos.
Enrique Pichon Rivière, en el año 1957, describiendo el tipo de vínculo que se establece en las distintas patologías dice: “En la neurosis obsesiva el vínculo se caracteriza por el control del Alter Ego o del otro, por un dar vueltas alrededor del objeto, con una vigilancia particular cuya desconfianza no se ve, como tampoco se ve la ansiedad paranoide, que está encubierta por un dar vueltas y un control permanente a través de una conducta de rituales particulares” (Pichon Riviére, 1979, p. 23).
Neurosis Obsesiva
La neurosis obsesiva es la forma principal de neurosis identificada por Freud en 1894, junto con la histeria. Su origen, según el psicoanálisis, es un conflicto psíquico infantil, y una etiología caracterizada por la fijación de la libido en el estadio anal. En el plano clínico, se pone de manifiesto mediante ritos conjuratorios de tipo religioso, síntomas obsesivos y rumiación mental, en la que intervienen dudas y escrúpulos que inhiben el pensamiento y la acción (Roudinesco y Plon, 2011).
En el año 1907, Freud presentó ante la Sociedad Psicológica de los Miércoles la historia de un enfermo afectado de neurosis obsesiva: Ernst Lanzer, con el seudónimo el Hombre de las Ratas. Esta exposición sirvió de modelo para los estudios posteriores sobre la obsesión. Lo que aparece dominando la organización sexual del obsesivo, es el erotismo anal.
Freud, establece un paralelismo entre la neurosis obsesiva y la religión; caracteriza a la neurosis como una religión individual y a la religión como una obsesión universal.
Luego de la segunda tópica y el establecimiento de la noción de pulsión de muerte, en 1926, en Inhibición, síntoma y angustia, plantea que la neurosis obsesiva es desencadenada por el miedo del yo al castigo del superyó, juez severo y rígido que obliga al yo a resistir las pulsiones destructivas del ello, desarrollando formaciones reactivas que toman la forma de escrúpulos, limpieza, sentimientos piadosos y de culpa.
En 1938, con Moisés y la religión monoteísta, introduce como característica de la estructura obsesiva, la ambivalencia del amor y el odio, que remite a la prohibición del incesto en el mundo judeocristiano (Roudinesco y Plon, 2011).
La dinámica psíquica en los neuróticos obsesivos
En la Neurosis obsesiva existen impulsos agresivos conscientes y síntomas defensivos sobre ellos. También predomina la autopunición y los comportamientos expiatorios en relación a la gratificación.
El superyó es la instancia responsable de la formación reactiva como mecanismo defensivo; por lo cual en el carácter obsesivo se manifiestan los siguientes rasgos: orden, prolijidad, limpieza, parsimonia, sentido exagerado de la bondad y la justicia (Pichon Rivière, 1981). Rasgos destacados son también la superstición y la duda (Freud, 1909).
La superstición se relaciona con la convicción de la omnipotencia de la hostilidad, es decir la exageración del efecto de los sentimientos hostiles sobre el mundo exterior, debido a que hay procesos inconscientes que escapan al conocimiento consciente por efecto de la represión. Las relaciones causales de los acontecimientos, son reemplazadas por la proyección de contenidos inconscientes en la realidad.
La duda, la inseguridad, se destaca en la conducta del obsesivo. De esta manera se elude la relación con la realidad y sus contradicciones internas. Los sentimientos ambivalentes en el vínculo, hallan su fallida resolución en los actos obsesivos de anulación de una acción por otra.
Freud, en el año 1908, en El carácter y el erotismo anal, describe las características de las personas obsesivas, mencionando tres cualidades: son ordenadas, económicas y tenaces.
El orden se manifiesta en la pulcritud, la escrupulosidad en el cumplimiento de deberes y la garantía personal. La economía puede intensificarse hasta la avaricia, y la tenacidad puede convertirse en obstinación, enlazándose a ella una tendencia a la cólera y a la venganza.
De acuerdo a las observaciones realizadas, Freud deduce un predominio de la erogeneidad en la zona anal ya que el placer está ligado a la defecación y a la retención. Esta significación erótica se pierde una vez superada la infancia, manifestándose las características arriba mencionadas, producto de la sublimación del erotismo. La pulcritud, el orden y la escrupulosidad parecen ser productos de la reacción contra el interés hacia lo sucio.
Fenomenología de la Neurosis Obsesiva
La neurosis obsesiva se define por el carácter compulsivo de los sentimientos, ideas y conductas que se imponen al sujeto.
Clínicamente se la caracteriza por la emergencia de fenómenos obsesivos tales como obsesiones de contaminación y limpieza, de culpabilidad, de verificación…, que se refieren a determinada situación o idea que constituye una preocupación exclusiva.
La persona obsesiva utiliza estrategias para luchar contra su obsesión.
Se manifiestan trastornos intelectuales y afectivos, como duda, abulia, perplejidad, sentimientos de irrealidad y extrañeza.
Síntomas (Ey, Bernard y Brisset, 1975)
- El sujeto es invadido por ideas obsesivas que se le imponen a pesar de él. La articulación de estas ideas configura el pensamiento obsesivo
- Tendencia a ejecutar actos agresivos, impulsivos, no deseados, que constituyen la actividad compulsiva
- Se siente forzado a realizar actos repetitivos de carácter simbólico que instauran los rituales del pensamiento mágico
- Esta lucha agotadora lleva a la persona a la astenia psíquica
Los rasgos del carácter obsesivo son (Ey, Bernard y Brisset, 1975)
- Tendencia a los escrúpulos, a la abulia y a la duda
- Tendencia a las crisis morales de conciencia
- Timidez e inhibición en las relaciones sociales
- Tendencia a la introspección y al autoanálisis de la vida interior
- Trastornos de la sexualidad (impotencia, frigidez)
- Estigmas psicomotores (tartamudez, tics)
- Tendencia al orden y a la meticulosidad. Son estrictos y avaros.
- Tendencia a reglamentar todo, someterse a imperativos y prohibiciones rigurosas
Los rasgos de carácter relacionados con la retención anal son fundamentales. Se evidencia la dificultad de abandonar los objetos, expresándose en obstinación, coleccionismo y angustia ante la separación.
Uno de los mecanismos de defensa centrales es la formación reactiva. La lucha contra la tendencia hacia la retención suele transformarse en despilfarro.
Las tendencias sádicas son reprimidas y se manifiesta lo inverso de estos rasgos: la limpieza exagerada, la sumisión, el conformismo, meticulosidad, respeto escrupuloso a las reglas, puntualidad y severidad extrema. Estos rasgos pueden mezclarse con sus opuestos en varias ocasiones.
Referencias bibliográficas
Ey, H., Bernard P. y Ch. Brisset (1975).Tratado de Psiquiatría (7ª ed.). Barcelona: Toray-Masson, S. A.
Fiorini, H. (1993). Estructuras y abordajes en psicoterapias psicoanalítica. Bs. As.: Ediciones Nueva Visión.
Freud, S. (1973). Obras Completas (3ª ed.). Madrid: Biblioteca Nueva.
Freud, S. (1973). El carácter y el erotismo anal. Madrid: Biblioteca Nueva.
Freud, S. (1973). Análisis de un caso de neurosis obsesiva (Caso “El Hombre de las Ratas”). Madrid: Biblioteca Nueva.
Roudinesco, E. y M. Plon (2011). Diccionario de Psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós.
Pichon Rivière, E. (1981). El proceso grupal. Del Psicoanálisis a la Psicología Social (I) (6ª ed.). Buenos Aires: Editorial Galerna.
Pichon-Rivière, E. (1985). Teoría del vínculo. Buenos Aires. Ediciones Nueva Visión.