Reflexiones interrogantes y desafíos
Pandemia y salud mental
Esta epidemia global ha constituido un suceso disruptivo en la población en general. Desencadenó un proceso disruptivo en nuestro país desde que comenzó la cuarentena en marzo del 2020, provocando una ruptura en la vida cotidiana de todos y todas. La organización de nuestras vidas se vio alterada.
La disruptividad ocurre súbitamente y este impacto implica una situación traumática; provoca daños en un sujeto que se define por esencia como bio- psico social.
El trauma impacta en el psiquismo, que se desarticula y no puede procesar el hecho con prontitud. La elaboración requiere de tiempo.
Motivos de consulta en pandemia
Distintas vivencias expresadas por los y las pacientes que convergen
La tristeza, la ansiedad generalizada, la angustia que se expresa con dolor en el pecho y un nudo en el estómago, el desgano, la abulia, la apatía, la dificultad para levantarse en las mañanas, el insomnio, la ruptura del orden cotidiano, las representaciones de espacio y tiempo trastocadas, el miedo a enfermarse y a que los seres queridos enfermen, el temor a una muerte inminente, el pánico, la ansiedad persecutoria demasiado elevada, la desesperanza y el escepticismo, la desconfianza, el temor al derrumbe económico, la realidad del derrumbe económico ante la pérdida del trabajo, el sentimiento de vulnerabilidad, la soledad, el aumento de ansiedades depresivas ante tanta pérdida, la reactivación de los duelos nunca suficientemente elaborados, la frustración, el quiebre de proyectos, la desilusión… y el dolor de despedir a seres queridos…casi siempre sin poder verlos y a veces solo detrás de un vidrio.
Aprender a ver a los otr@s a través de una pantalla, manejar distintas plataformas, el cambio en la vincularidad no es tarea sencilla.
Viñetas
- “Yo socializaba mucho…empecé a cambiar el carácter; perdí la risa…ahora aparece mucha tristeza cuando me despierto; me cuesta levantarme…tengo varias reuniones virtuales pero me falta la corporalidad, me genera mucho malestar; estoy irritable, hostil…”
- “La pandemia agravó todo…las expectativas que se habían generado este año de estar mejor quedaron frustradas…las actividades abiertas no son normales…hay que pedir turnos on line para todo…hay que distanciarse…El encuentro está prohibido…”
En distintos grados la depresión abunda. Desde cuadros severos, pasando por depresiones menores, distimias y depresiones reactivas. Son distintas expresiones de estos cuadros clínicos:
- “tengo mucha depresión, por días enteros no me levanto de la cama. Ya no manejo. Tomo mucho alcohol y pastillas. Necesito apagar mi mente. No hay ninguna motivación en mi vida…”
- “Siento mucha tristeza. Estoy preocupada porque estoy deprimida; me cuesta levantarme. Se vuelven más conscientes los recuerdos dolorosos; todo lo traumático de mi vida; se reactivó el recuerdo del abuso…tengo pesadillas…estoy desconectada de todo disfrute…los vínculos son muy escasos, perdí contactos…hay mucho miedo, mucho aislamiento…”
- “Ahora recuerdo a mi hermano que se suicidó; también mi tía. Mi mamá fue decayendo y falleció. La tristeza se instaló en mi pecho…”
- “Me siento muy frustrada…no me puedo desarrollar laboralmente…esta pandemia cortó todos mis proyectos y no tengo motivación laboral. Estoy irritable, me enojo…descargo la ira en mi pareja…me agobia mi hijo, después me siento culpable…estoy angustiada y paralizada; lo virtual me estresa…”
La incertidumbre, la ausencia de certeza, instaló en muchas personas una vivencia de vértigo generada por ansiedades muy elevadas que en ciertos casos hicieron que los ataques de pánico se tornaran cada vez más frecuentes en la consulta.
- “No estoy bien físicamente. Siento vértigo…perdí el eje de mi vida; los cambios son vertiginosos. Tengo miedo de enfermarme…la certeza de la muerte…es una posibilidad cercana y concreta…”
- “Tengo mucha angustia, me mareo, se me cierra el pecho. Tengo miedo de salir y descomponerme…tengo miedo de contagiarme. Dentro de mi casa me siento segura…” (esta persona consulta cuando la agorafobia ya se ha instalado como modalidad en la cotidianeidad).
El aumento de la incerteza y de la ansiedad agravó también Neurosis obsesivas, las ideas intrusivas y la compulsión en la ritualización de la acción.
- “Tengo mucha ansiedad, insomnio…me aburro…no hay ninguna posibilidad de disfrutar…no hay escapatoria…Los peores picos de ansiedad son a la tardecita…tengo que ir al super, llegar y desinfectar todo…bañarme antes de cocinar, pero con toallas limpias, asique tengo que lavar y secar las toallas, después chequear que la cocina no esté contaminada…desinfectar…gasto mucha energía…; la semana pasada me accidente saliendo de bañarme…para agarrar la toalla limpia y no tocar el piso con los pies me fui contra la puerta de vidrio y terminé con 6 puntos en la pierna…”
El aumento en la fragilización del yo ante la ausencia de soportes vinculares concretos, la inestabilidad social, económica y la incertidumbre agravaron los trastornos borderline.
- “ La vivencia de vacío se hizo inmensa…como mucho para llenarla, pero la ansiedad sigue y me vuelve muy impulsivo…Paso de tener un ego muy inflado a la victimización…la cuarentena aumento las ganas de no hacer nada…cada vez extraño más a mi madre que murió hace dos años. No hay nada que la reemplace. Todo se hace muy pesado…”
El pasaje hacia procesos que nos encauzan hacia la salud, la creatividad y la adaptación activa a la realidad ha tenido relación, en el trascurso de estos meses, con la posibilidad de elaborar proyectos individuales y colectivos.
La evaluación de los procesos terapéuticos me ha sorprendido positivamente…hemos trabajado semana a semana virtualmente y en la mayoría de los casos hemos pasado de las crisis más profundas a la elaboración de nuevos proyectos: la adquisición de nuevos conocimientos, el crecimiento profesional en personas que estaban estancadas en sus trabajos, la ruptura de vínculos disfuncionales, la consolidación de vínculos de pareja, el mejoramiento de otros…Me he emocionado escuchando “vamos a casarnos porque decidimos cuidarnos, protegernos y crecer juntas”…
También hemos compartido el dolor por las muertes, el pasaje por la enfermedad, el proceso de elaboración de distintas pérdidas.
Hemos abierto pequeñas hendijas de vida allí donde la patología hace que sea difícil disfrutar.
Hubo embarazos y nacimientos. Nos dimos cuenta que la vida pulsa en los proyectos y la posibilidad de trascendencia.
Muchas personas comenzaron a participar en proyectos colectivos y a pesar de las dificultades la esperanza triunfa cuando nos agrupamos.
La incertidumbre puede tolerarse si se reflexiona, se simbolizan los procesos y no se renuncia a seguir aprendiendo.
Las dificultades son muchas pero la esperanza es infinita.
Por último…he hablado en plural porque como terapeuta nada de lo humano me es ajeno y nada del trabajo conjunto con mis pacientes lo es.